En la temporada 14-15, en la Segunda División Española, un club con historia como es Osasuna se estaba jugando desaparecer. Un Osasuna que se encontraba en la zona baja de la clasificación toda la temporada, llegaría apretado a las jornadas finales con el miedo y temor de que el club pudiera desaparecer.
Llegando a la última jornada en el decimoctavo puesto, a tres puntos del descenso que lo marcaba el Racing de Santander. El Racing tenía la diferencia de goles a favor y viviríamos una jornada de infarto.
El Racing jugaría contra el Albacete, mientras que Osasuna se enfrentaba al Sabadell fuera de casa. Los nervios estaban a flor de piel cuando el Sabadell anotaba el 1-0 tempranero y minutos más tarde hacía el segundo. Para rematar la faena, el Racing se adelantaba en su partido y Osasuna en esos instantes fue equipo desaparecido. El conjunto rojillo como dicen, nunca se rinde y en el minuto 76', David García recortaba distancias. A Osasuna no le entraba la pelota y el Racing hacía sus deberes y ponía en aprietos a los navarros. En la última jugada a favor de Osasuna, con más fe que otra cosa, un centro desde la izquierda lo remataría Javi Flaño para anotar el empate de la salvación y hacía que Osasuna sumase un punto vital.
Con este empate, Osasuna se quedó a tan solo un punto de no existir ahora mismo y podemos comprobar con esto que si es así como dicen, Osasuna nunca se rinde.
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